ZAHARA NOS INVITA A DETENERNOS Y ABRAZAR LA TERNURA EN SU NUEVO ÁLBUM
- ÁNGELA BELLÓN REY
- 27 feb
- 4 Min. de lectura
Podría decirse que Lento ternura es tan solo la secuela de PUTA. Y no por ello, quiero que se malinterprete. No hablo de una especie de segunda parte o un volumen II. Lento ternura se alza como las consecuencias de PUTA y como Zahara ha reconfigurado su vida después de esta liberación tan catártica que supuso su penúltimo LP.
Texto: Ángela Bellón (@angela_br99)

Ahora, estamos viendo ante nuestros ojos el desenlace de esta exposición de sus traumas más profundos. Ahora, estamos ante una nueva Zahara, pero esta vez, sin llegar a caer en letras tan crudas y explícitas. En esta nueva entrega, se camufla a través de los juegos de palabras, las medias verdades y todo un abanico de sonidos que crean una nueva atmósfera sonora.
Zahara, después de consagrarse como uno de los grandes rostros de la escena alternativa en nuestro panorama, toma por completo el poder de su proyecto artístico creando este nuevo proyecto absolutamente manufacturado. Y es que, ya no solo es que sea la compositora de todas y cada una de sus letras sino que por primera vez en su carrera, se ha puesto detrás de la producción en cada una de las tracks que configuran su sexto álbum.
Así es que nos invita, entonces, a detenernos. A observar. A mirar de verdad. La cantautora nos insta a moderar el ritmo de nuestras frenéticas existencias y abrazar la ternura que habita en todos los rincones de la cotidianidad, que desgraciadamente, tendemos a ignorar por completo. En este trabajo la cantante de _juno nos baja los pies a la tierra y nos recuerda que la ternura es una de las grandes formas de expresión humana.

A nivel sonoro, nos adentramos en un nuevo planeta en donde se combina una electrónica oscura, un pop atmosférico y unas letras que invitan a reflexionar, cargadas de debate y por qué no decirlo, filosofía. De este modo, Formentera y Yo solo quería escribir una canción de amor se convierten en el portal ideal para adentrarnos en el universo de Lento ternura. En estos primeros tracks ya se nos presenta la dicotomía de como la calma, la soledad, el vacío y la vulnerabilidad conviven (y luchan) en nuestro interior. Una contradicción que presenta ya en su poemario predecesor de este LP. Un doble lanzamiento que tiene mucho sentido puesto que Zahara parece haber dado un paso más allá en cuanto a la potencia de sus letras, haciendo que algunos temas se alcen prácticamente como poemas cantados.
La violencia se erige como una de las grandes propuestas del proyecto. Un tema que versa un doloroso “siento mi cuerpo, quizá, más desnudo, aún lleno de rabia e igual de inseguro”. Posiblemente, aludiendo a los estragos que ha dejado PUTA a su paso y como haberse abierto de una forma tan visceral ante todo aquel que se detuviera a a escucharla, igual no ha sido suficiente. No obstante, no hay frase más demoledora que su “qué poco espacio ocupo en mi historia, a veces parece la de otra persona” que nos acaba por remover las entrañas.
En contrapartida, y casi cerrando el álbum tenemos Tus michis, una oda al amor a las amigas (y a los gatos) que se alza como una defensa a Patricia Benito. Siguiendo un poco al hilo de esto, nos toparíamos con La ternura, la canción que (casi) da título al álbum, en donde ahonda en el sinsentido de la superficialidad cuando lo que nos conmueve de verdad es la ternura.
Quizás, una de las canciones en las que más se haga plausible esta idea de la necesidad de echar el freno, sea Demasiadas canciones. Un tema que presentaba aludiendo a las centenas de millares de temas musicales que aparecen diariamente en las plataformas digitales. Un paradigma al que es imposible seguirle el ritmo. Aún así, desde la crítica, ella aporta su granito de arena, con un esta canción que solo se convertirá en una gota más en un océano de canciones. Quizás, un grito al vacío, pero vaya si nos gusta. La artista aprovecha la ocasión para arremeter contra el postureo que rodea esta industria y como la hipocresía y el antropocentrismo siguen siendo las piedras angulares de un sistema corrupto que más pronto que tarde acabará por colapsar.
Como outro tenemos Soy de un pueblo pequeño, la balada más al uso dentro del LP donde vemos aquellas pequeñas cosas (todas ellas tiernas) que construyen su personalidad. Una mirada retrospectiva a aquel pequeño municipio que la vio crecer, también quizás, fruto de su marcha de Madrid: ciudad que la hizo sentir expulsada.
En definitiva, Lenta ternura se configura como una nueva puerta al universo de Zahara. El álbum se convierte en la prueba irrefutable de que PUTA no ha sido su punto más álgido y que aún tiene mucho que demostrar. Lenta ternura es la cohesión en su justa medida de lunas letras profundas y a veces hasta irónicas (un sentido del humor muy propio que había quedado más que enterrado en PUTA) y un sonido electrónico un tanto dark. Estas 11 tracks que siguen construyendo su camino hacia la experimentación, emanan el estilo único e inigualable de la artista.
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