Hace unos días charlábamos con la banda donsotiarra Merina Gris sobre su nuevo álbum "Zuloa", un viaje de electrónica experimental que nos lleva por las distintas sombras y luces del duelo. Ahora que parece que el trayecto del proyecto ha acabado, dejemos que nos los expliquen ellxs mismxs.
Texto: Adrián Cotillas (@adrian_cotillas)

Siempre hablo de la publicación de discos como un parto, como algo que has estado gestando durante mucho tiempo y de repente, tras tanto tiempo en ti, está entre tus manos y expuesto al mundo. ¿Cómo ha sido este lanzamiento para vosotros? ¿Qué tal estáis?
-Pascal: Lo necesitábamos, creo que los tres. Estamos contentos, con energía y con ganas de empezar los bolos. De momento, todo de puta madre.
-Julen: Está siendo muy guay el feedback; y no tendría por qué ser así, pero lo agradezco porque llegamos con mucha ilusión y, a la vez, muy cansados. Ahora estamos de promo y, como somos un poco vírgenes en hacerla de manera tan profesional, es agotadora pero, a la vez se siente como una fantasía.
Sara: Estoy súper de acuerdo con eso. Entiendo a Amaia (que creo que lo dijo) que hablaba de estar agotada de la promo y yo pensar que no sería para tanto. Al escucharme a mí misma, me veo repitiendo lo mismo todo el rato y sí, la verdad es que cansa.
Cuando algún/a artista publica un nuevo disco, se suele hablar de que se espera que sea su mejor trabajo hasta la fecha, pero no tiene por qué serlo necesariamente. ¿Es "Zuloa" vuestro mejor proyecto? ¿Por qué?
-S: Yo creo que sí, y por eso hacemos música; porque no paramos. Sientes que lo que tienes en la cabeza no ha cobrado vida del todo, y creo que eso es lo que te da el impulso de hacer más y mejor. A nivel grupo, lo último que hemos hecho es lo mejor, porque quizás es el momento en el que la identidad de banda ha cobrado toda su fuerza. Quizás el primer disco no tenía tanto de esto porque ahora nos conocemos al completo.
-J: Yo no sé si diría que es el mejor, pero desde luego hay una progresión. Está más trabajado, es más coherente, es más contundente, es más maduro. Quizás te guste más la inocencia y el desorden del primer disco, pero a mí me gusta más lo nuevo porque es más fiel a lo que soy ahora; al presente. Nunca terminas realmente de encontrarte ni de buscarte, pero está claro que este proyecto es más profesional.
Por poner un poco de contexto al proyecto y a la conversación, ¿De dónde surge este disco? ¿Existía el concepto previo a las canciones o viceversa?
-J: Siempre van primero las canciones. Es un poco básico que le cite a él, pero Pepe Mujica el otro día decía que sentimos con las tripas y que la capacidad de argumentar no es más que la racionalización posterior de esas decisiones, y en Merina es igual. Al hacer canciones, nos dimos cuenta de que la palabra “Zuloa” salía en varias canciones, lo cual nos ayudó a cerrar, de cierta manera, el concepto. Parece ahora que todo está muy cohesionado, pero eso ocurre a posteriori. Preferimos, de hecho, generalmente empezar desde cero, porque no nos ha pasado (al menos todavía) que haya un concepto que prevalezca de manera tan clara sobre lo que construir.
P: Yo creo que se va cerrando durante el proceso a través de eso, una palabra que se repite, un sentimiento… Todo esto mientras seguimos haciendo temas. Es una idea que cerramos del todo cuando cerramos el disco.
J: En este caso el disco es una crónica de un momento vital. Hemos hecho una teoría de los 6 agujeros: el butrón, la grieta, el refugio, el vacío, el hoyo y el tragaluz. Todos ellos son seis variantes de la palabra “agujero” con significados distintos y con representaciones distintas en nuestras vidas. Todo empieza con un duelo desde el que yo empecé a escribir y luego el viaje por todo estos agujeros. Cada uno de ellos representa un momento concreto y se va narrando. Parece algo muy grandilocuente, pero al final es muy aplicable a las cosas que le pasan a la gente.
La idea comienzas escribiéndola tú Julen pero en el proyecto sois tres personas, y es cierto que en el mundo creativo remar con compañerxs en tu proyecto puede ser un arma de doble filo: discusiones, consenso, diferencias...¿Qué hace que Merina Gris funcione a nivel humano? ¿Qué es lo mejor de cada unx de vosotrxs a nivel colectivo?
-J: Creo que estamos muy equilibrados entre nosotros porque somos muy diferentes. Compartimos una filosofía a nivel ideológico, pero luego a nivel conductual somos muy distintos. Yo diría que estamos equilibrados porque, en comparación con ellos (Sara y Pascal), yo soy más desequilibrado y puedo irme más de madre, pero ellos me mantienen en tierra y saben por dónde llevarme. Yo esto no podría hacerlo solo ni por asomo.
-S: Yo quizás estoy más fuera porque entro más tarde en el proceso y lo veo mejor. Julen es una fuente creativa que funciona de manera más caótica y Pascal establece los límites de esa fuente creativa, el orden y la pausa. Cuando yo entro a todo esto, quizás sostengo un poco esa piedra y doy más pausa a todo.
-J: Yo creo que Sara manda mucho, pero no de manera logística, sino que establece un balance. Siempre intento hacerle caso porque creo que siempre tiene más perspectiva que nosotros.
Personalmente, pienso que el vuestro es uno de esos proyectos que lleva la música un paso más allá a través de una estética muy cuidada, una identidad muy única, y por lo que me contáis, un desarrollo narrativo muy trabajado. ¿Creéis que la industria valora todos estos aspectos verdaderamente?
-J: Yo creo que sí, pero porque lo que hoy se busca es la atención. Muchas veces ya no es el dinero el motor principal (que siempre lo será), pero en la industria lo que más interesa es la atención, porque acaba siendo el producto más caro. En ese aspecto, nos ayuda mucho nuestra estética. También es cierto que en este juego la gente está sobreestimulada y parece que lo próximo va a ser pegarte un tiro en la rodilla para llamar la atención. Robarse temas entre artistas, los juicios, la búsqueda de polémica… Todo es marketing. Antes de llegar a un límite muy heavy, la gente está empezando a buscar cosas con menos artificio, más puras, en cierta manera.
-P: Yo creo que, por ejemplo, el de los videoclips es un camino que se va a agotar. Cada día son más los que se graban en una misma localización y en un mismo día, porque al final solo van a durar una semana como máximo, y mira que se les destina pasta. Creo que la industria está intentando ver cómo cambiar eso o al menos entenderlo. Estamos justo en ese punto.
Siguiendo con el tema de la identidad, considero que es bastante atrevido no mostrar vuestra cara en un momento en el que el componente de las redes sociales y la cercanía con el público es fundamental para poder generar una tracción en los proyectos. ¿Es para vosotros una forma de protección o algo similar?
-J: Es paradójico porque, dejando la cara de lado, hablamos mucho de nuestra vida, de nuestros gustos… Al principio sí me pudo parecer un hándicap, porque en las redes la gracia es lo terrenal y lo cercano, pero creo que estamos encontrando nuestro punto. Fuera de redes, todo lo contrario, nos ha hecho ganar mucha personalidad y marcar una identidad, incluso siendo algo que despersonaliza en cierta manera por quitarte el rostro. Es verdad que, traducido a redes, enseñar cómo me hago un huevo frito con máscara (risas), es un poco sobreactuado, pero al final enseñamos las cosas de otra forma.
-S: También conectamos con la gente de otra manera porque no hay juicios respecto a la cara que lo comparte, ¿me explico? Somos como una hoja en blanco que muchas veces acaba siendo un espejo, y eso ayuda a la gente que quizás está buscando un poco una identidad. Mucha gente se acerca y nos lo agradece. En un punto en el que se premia tanto la marca personal, de repente no eres nada y, para alguien, eres todo.
Estamos ahora hablando en Madrid, pero vosotros sois del País vasco, y es cierto que mucha gente de distintos puntos del país se ve obligada a venirse para poder tirar adelante su proyecto. ¿Cómo lo vivís vosotrxs en primera persona?
-J: Una de las cosas mas guays de Euskal Herria es que tiene un circuito local muy potente. Hay poca gente que lo haga, pero hay gente que está llenando estadios; y quizás no sea representativo, pero es gente que vive de la música sin necesidad de irse a Madrid. No vivimos esa realidad que quizás alguien de Ciudad Real (por ejemplo, y hablando desde la total ignorancia) viviría.
-P: Tampoco creo que esté en nuestros planes venirnos. Estamos muy arraigados al sitio de donde somos y estamos muy cómodos en el circuito en el que funcionamos.
Volviendo al tema del disco, os quería preguntar qué ha sido para vosotrxs lo mas complicado de hacerlo, ya que imagino que no siempre se disfrutan todas las partes del proceso
-J: El final. El disco ya estaba acabado hace tiempo, pero el arte, la promo, el live… Todo se nos ha juntado y de hecho ha motivado una inseguridad. Estábamos más débiles y más estresados, y es lo único que ha sido duro para mí. Yo he disfrutado un montón de hacer este disco porque, durante un proceso de duelo, me ha acompañado y ha hecho que todo fuera mucho más ligero.
Y ahora que esta terminado, ¿qué es lo que os produce más orgullo de haberlo hecho?
-J: De haberlo hecho nosotros. Lo hemos hecho con una comodidad y una seguridad que nunca habíamos tenido. Ha confluido que ha sido lo que más hemos disfrutado y lo que a la gente de nuestro alrededor más le ha gustado.
-S: Para mí es un discazo, y lo puedo decir así de cómoda porque yo estoy más fuera de ese proceso inicial más tedioso. Está muy bien decir cuando algo está bien hecho, y estas preguntas son necesarias. Creo que siempre vamos mirando hacia adelante y se celebra súper poco. Quizás hay que celebrar más porque es un pedazo de disco.
-J: Yo, que me preocupo tanto por la aprobación ajena (aunque siempre pienses en ello), he hecho más caso a mis tripas y sé que hay algo que es de verdad. Lo rasgado se ha rasgado, lo llorado se ha llorado y creo que es un disco completamente de verdad.
Para acabar, quería confesaros que para mí vuestra música es bastante cinematográfica, es de esa música que te genera muchas imágenes. Para vosotros, ¿qué imagen representa el sonido de Merina gris?
-J: Uf…Qué difícil…Yo creo que es como la blue hour, en un espacio muy abierto y con un viento un poco violento que casi pueda impedirte andar.
-S: Y al fondo hay un coche un poco viejillo con una persona importante dentro.
-P: Y yo conduzco, que no tengo carnet, así que es una ficción (risas).
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