EAZYBOI vuelve con un formato largo en el que junta el mundo del motor y la música. Usando como tema principal los vehículos de cuatro ruedas a los que es tan aficionado, nos crea la duda de si conducirá tan bien como rapea, si fuese así nos lo encontraríamos en el podio de ASCARI sin ninguna duda.
Texto: Noelia Fernández (@_nnoe_)
Isidro Ramos, antes conocido como Easy S, comienza una nueva etapa en su carrera bajo el nuevo aka de EAZYBOI. Como no podía ser de otra forma, en esta nueva etapa ha salido quemando rueda con su reciente disco, ASCARI. Este nombre hace referencia al circuito más largo de España, que se encuentra en Málaga, y en el mundo del motor, se dice que el que haga un buen tiempo en Ascari es un piloto de primera. Una vez le des al play, metafóricamente hablando, te sentirás en circuito de carreras, y si lo escuchas conduciendo, ten cuidado, porque te transportará a la sensación frenética de adrenalina y fuerza que da llevar el volante de un coche de campeonato.
Esta intención se escucha claramente reflejada desde el minuto uno, en la introducción, cuando una guitarra arpegiada da paso a los sonidos de motores, que aportan velocidad e intensidad. Con esto hace una lanzada espectacular al sentido conceptual que articula el disco, da el pistoletazo de salida al recorrido. Dicho por el propio cantante, este álbum está creado para escuchar en el gimnasio o en el coche, así que enciende el motor y dale volumen a los bajos, que inevitablemente te va a transmitir la fuerza y rudeza que necesitas para ponerte sus temas levantando hierro.
Dado a la metáfora que se crea alrededor del nombre y el sentido, este disco está lleno de simbolismos, referencias y juegos de palabras que mezclan los circuitos y la música, lo que consigue a través de diversos recursos sonoros. El más notorio, que aparece por primera vez en G CLASS, es cuando dice “he pasado del medio pollo a ser el águila”, y le sigue el graznido del águila, dejando un notorio silencio en la base. Este sonido aparecerá más veces a lo largo del disco, representando la fuerza y el poderío que tiene este animal. Otro recurso del mismo estilo, en la misma canción, es después de la frase “cobro mi cheque”, y en la base cuadra con el sonido de dinero o caja registradora, que forma parte de la instrumental a lo largo de toda la canción. Con estos juegos conecta la letra y la base, creando canciones compactas.
Siguiendo el recorrido, encontramos una pequeña referencia con la canción de POWER, si la has escuchado un par de veces y no te suena, te doy una pista, hay que mirar por el retrovisor a unos años atrás. Sobre todo antes del final del tema es donde se aprecia la melodía, ritmo y bajos característicos de PODERÍO, de Pimp Flaco y Dicc, pero llevados a la pista de Eazy. Este pequeño tributo lo hace también en MOTION, acercándonos a Churchill Downs de Jack Harlow y Drake, a través de esa voz femenina que suena de fondo.
El primer copiloto que le canta las curvas que encontramos en el disco es La Pantera, rapero canario que está cada vez más en el foco de atención y que con cada junte nos demuestra su capacidad de adaptarse a otras sonoridades sin perder su estilo. Él mismo lo dice: “puse el talento en punto muerto y les adelanté”, y es que, aunque su último trabajo propio fuese en 2024, no necesita sacar música cada semana para ganar el reconocimiento que está teniendo en el panorama urbano en lo que va de año.
Aunque no es a mitad de disco, se marca un punta tacón con CHICANE INTERLUDE. Este frenazo en la narrativa del disco representa la intensidad que se siente al volante en el tipo de curvas al que hace referencia el título, y en 55 segundos de interludio, deja claro que hay piloto, que da igual la duración o la base, sigue siendo una de las grandes promesas del rap en España. Y siendo esta figura en el rap, quien sino le iba a acompañar tan bien como Fernandocosta en HENNESSY, tema en el que podemos escuchar el bajo tan característico que suele acompañar al ibicenco con un ritmo intenso. Saliendo de la recta y creando contraste, a esta canción le sigue PROTEIN SHAKE, junto a la Zowi, en la que ambos cantantes juegan con el estilo susurrado o ralentizado.
Estas colaboraciones le dan un toque oscuro y serio a esta parte del disco, intensifican lo crudo hasta romper esa burbuja de forma abrupta con SUERTE. Este tema comienza con unas trompetas, y es una oda épica hacia la motivación y superación personal, que culmina con un coro sacado del mismísimo coliseo romano en el que el público vitorea al nuevo campeón.
La penúltima colaboración hacia la que nos dirige este recorrido musical es de la mano de Natos, ME VENDISTE. El autor del disco nos habla de cómo un amigo suyo, con el que iba a comenzar un negocio, le traiciona y se terminan separando, vaya, que le da en la parte de atrás del coche y le echa de la carretera. Por parte de Natos, en cierto momento relata “te abrí las puertas del cielo y” (“ahora en el pecho tengo un agujero” de Cicatrices), no llegando a terminar la frase como la conocíamos, pero haciendo referencia a la traición.
Antes de la última colaboración llegamos al pick emocional del disco, nos enseña que no todo es chasis, sino que por mucha fachada ruda que caracterice el sonido de este cantante, también hay una parte sentimental. Una curva emocional en el circuito personal de Eazy. Pero no pierde el tiempo con sentimentalismos y entra en la curva marcándose un drift, esta vez con La Blakie como acompañante, rapeando como ella sabe. La voz aguda de Marina se contrapone con los registros graves del rapero, y de cierta forma, cada uno nos relata su experiencia desde un punto de vista personal muy diferente.
ASCARI llega a la línea de meta con el tema GG EZ, dándose una palmadita en la espalda y reconociendo lo bien que le ha salido la partida con este álbum. Podría seguir relatando la cantidad de referencias hacia el mundo del motor que encontramos en el disco, pero creo que con esto es suficiente para dejar claro que Eazy ha mejorado tiempos y este es solo el comienzo de su nuevo recorrido.
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