Juancho Marqués lleva en la escena desde que esta comenzó a crearse, y puede que en algunos momentos le hayamos perdido un poco la pista, pero ha vuelto como nunca. Con criterio, con rap de sus inicios, y con juicio serio sobre la industria, nos deja “Canciones Sin Videoclip vol.I”.
Texto: Noelia Fernández (@_nnoe_)

La música ya no es solo música, también son videoclips, portadas, fama y conciertos. Con todo esto vienen nuevas formas de proyección artística y personal. “Canciones Sin Videoclip vol.I” es un concepto estético de rechazo a diversos aspectos que la nueva industria impone a los artistas. Es un rechazo al ego, en cierto modo a la falsedad, pero, sobre todo, rechazo a representar aquello que no eres. La idea de este disco nace del desencanto de Juancho hacia la industria y el poco reconocimiento del público hacia aquellos proyectos que tienen mucho más que una letra pegadiza.
En 2022, Juancho saca a la luz “Los ojos del nativo”. Esta canción, de forma sonata, relata una historia a través de un videoclip, cuya intención es dar un soporte visual que represente el significado de la obra. Esos 10 minutos de vídeo y música le llevaron a Juancho Marqués 4 años de creación, y siendo alguien que compone sus canciones en apenas un par de horas, refleja la importancia y cariño que puso en este proyecto.
Por diversas razones, esta canción no cumplió las expectativas del cantante en términos de alcance y exposición. De este desencanto nace la idea de canciones sin videoclip, olvidarse de todo, rechazar todo lo que engloba y poner el foco en la música como protagonista. Volver a ver la música como único elemento trae de vuelta la esencia estilística del rapero, nos recuerda sus inicios y nos brinda un disco de rap del Juancho más clásico.
A través de 11 canciones, el rapero nos habla de diferentes cuestiones que nos plantea la vida según vas creciendo. Nos habla del sentimiento de inconformidad, del que hubiese pasado si…no habla de la traición, de la importancia de la gente que nos rodea, y puntualmente del amor.
En “Si no hubiera” podemos escuchar una gran presencia de coros, hechos por Juan Arance. A lo largo de todo el disco encontramos una gran presencia de la voz, usada como base para samplers, en la instrumental. Esto genera instrumentales, en cierto modo, angelicales. Si dejas de lado la percusión (se puede apreciar sobre todo en momentos en los que no suena), y te centras en el resto de sonidos, encuentras estos samplers, que le dan un brillo y timbre muy especial, rozando lo organístico.
En la escucha de medios, Juancho nos contó algunas curiosidades sobre cómo se hizo el disco. Aparte de que, la mayoría de canciones, las hace en el momento y no le lleva más de unas horas, comentó que la canción “Mamá - Luz del norte”, la escribió en el momento, la grabó en una toma y directamente se quedó así. El nombre de esta canción es en honor al sueño que tenía su madre de ver las auroras boreales.
Otra curiosidad que contó el artista es que la canción "Al Capone" no se iba a llamar así, que no tiene nada que ver la canción con el título; pero la armonía del tema está inspirada en la de una canción que suena de fondo en un vídeo en el que sale Al Capone hablando, y llamó así a la demo, que a pesar de haber pasado por muchos nombres, al final se quedó con el original. Esto último ya fue bastante inesperado, pero lo que no vimos venir para nada es que en la canción “Vacas y Lobos”, en cierto momento, usa un sampler de un video de una pastora sueca llamando a vacas. Esto cuadra mucho con el título, pero coger un vídeo así y meterlo en una canción no es algo que se suela hacer, creo. Escucha la canción ¿eres capaz de encontrar este sampler?
En cuanto a los tópicos, como ya comentábamos antes, solo una de las canciones habla de amor. Sorprende un poco, ya que es el tema por excelencia de la mayoría de las canciones. En “Y aún así nos queramos igual” podemos escuchar una declaración de amor sincero, alejado del amor romántico. Juancho y Antony Z hablan de cómo es querer dejando de lado egoísmos y narcisismos, hablan de dejar ir por amor a la otra persona, por buscar su felicidad.
Pero vaya, que para sinceridad, la forma en la que Juancho se dirige hacia su público más fiel en la última canción, “Campo de flores”. En esta habla de su recorrido, agradece a aquellos que le han acompañado durante estos años. Acerca la realidad de un cantante a su público contando cómo tuvieron que convencerle de que siguiese su carrera o que si este disco no funciona igual lo deja. Juancho Marqués es de esos artistas con los que, aunque no quieras, es imposible no conectar con su música.
No sé si es por su voz, o por la forma en la que escribe, pero cuando hablas con quien le sigue, la respuesta es que parece que le conocen a través de sus letras. Igual no es el cantante con más reconocimiento de la escena, pero sí de los más especiales, de los que te hablan de cosas diferentes y te hacen pensar y sentir. Aunque diga que igual se retira con este disco, sabemos que no va a ser así, que a Juancho le queda mucha música por hacer y a nosotros muchos sentimientos que encontrar con ella. Además, si este disco es el volumen I, ¿Habrá un volumen II, no?
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