*este artículo no contiene spoilers sobre Longlegs*
"Longlegs", que se estrenó el pasado mes de agosto, fue una de las películas más esperadas del año, tanto por su original campaña de marketing como por su acogida en festivales. Ha pasado ya algo de tiempo desde su estreno, y he estado reflexionando sobre cómo el hype ha favorecido y perjudicado al mismo tiempo a esta película.
Texto: Armando Arrojo
El marketing que rodea el cine de terror nos ha dado auténticas joyas durante los años. Desde casos infames como The Blair Witch Project (1999) y su campaña para publicitar la desaparición o la muerte de sus actores protagonistas (que además es considerada la primera película en volverse viral) hasta películas como la reciente Smile (2022) y su premiada acción publicitaria de llevar a actores a partidos de baseball para que miren fijamente a las cámaras de manera sonriente (ya que éste es el gimmick de Smile) y con la camiseta de la película en amarillo fosforito.
Campaña promocional de la película "Smile"
Sería un error interpretar que el fin último de estas campañas no es otro que ganar dinero, y aunque el caso de Longlegs no es ninguna excepción, la campaña de la película que se ha realizado desde NEON ha reinventado este arte, con una arriesgada apuesta por lo críptico y lo terrorífico. Ahora indagaremos en los aspectos más complejos de esta campaña, pero me gustaría resaltar uno de los puntos claves del marketing; la utilización del personaje titular; O mejor dicho, la no utilización del mismo en el marketing, ya que no había forma de ver a Nicolas Cage encarnando al personaje homónimo. Incluso se llegaron a publicar las aceleraciones en el ritmo cardíaco de la actriz protagonista al ver a Nicolas Cage en el papel de Longlegs por primera vez en el set. Cuando tienes una película de terror entre manos cuyo componente principal estás omitiendo, generas una expectación inmensa, y parece que desde NEON tenían esto muy claro.
Campaña promocional de la película "Longlegs"
Otros elementos de esta campaña incluyeron carteles con número de teléfono al que llamar para escuchar mensajes pregrabados por “Longlegs” y criptogramas satánicos al más puro estilo del asesino del zodíaco, que llevan a páginas web con información sobre asesinatos ficticios del film. Está claro que hablamos de una campaña muy elaborada y creativa, que ha cumplido su función con creces: Longlegs no se ha convertido solamente en la película más exitosa de la historia de NEON, sino que es la película independiente más taquillera del año.
Pero si hablamos de la recepción de la película en cuanto a crítica, el asunto es algo más complicado. Que no se me malinterprete, Longlegs ha sido, en términos generales, muy bien recibida por la crítica especializada; pero es innegable que hay una parte considerable del público que se ha sentido decepcionada con el film, como así lo reflejan tanto las redes sociales como la puntuación de C+ que recibió en Cinemascore.
Se puede especular sobre diversas causas de esta parcial decepción, pero me parece importante resaltar el papel que tanto NEON como diferentes medios ha jugado en todo esto. Y no me refiero al marketing de “guerrilla” como el causante, sino al hype generado y las expectativas causadas por el advertising de la película. Longlegs ha sido calificada como “la película más terrorífica de la década”, como “la mejor película de asesinos en serie desde The Silence of the Lambs (1991)” o como una “sucesora de Se7en (1995)”. Es inevitable que algo así ocurra, llevamos años escuchando cosas similares. Ya pasó con Hereditary (2018) y volverá a pasar con la próxima película de terror que cuente con un apartado visual que destaque sobre la media. Podemos culpar a los medios por sus titulares hiperbólicos, al boom del llamado elevated horror que lleva de moda desde finales de la década pasada, o a NEON en este caso concreto por utilizar estas reviews completamente absolutistas para promocionar su película, pero lo curioso es que realmente, el único culpable aquí es el espectador. Los medios y las productoras/distribuidoras hacen su trabajo, y lo hacen muy bien. Consiguen generar buzz alrededor de sus películas y salen beneficiados (así lo reflejan las cifras). Pero nosotros acabamos siendo presos de las expectativas. Aprendamos de una vez cómo funciona esta industria, donde impera la exageración y la hipérbole en son de vender.
Fotograma de "Longlegs" (NEON)
No ha pasado ni un mes desde la polémica que envolvió a Megalopolis (2024), la última película de Francis Ford Coppola, acerca de las reviews falsas que incluían en el marketing de la película, aparentemente creadas por inteligencia artificial. Ésto debería alarmarnos, no el hecho de que Longlegs sea, o no sea, la película más terrorífica que hemos visto jamás.
El tiempo pondrá a Longlegs donde se merece, como una grandísima película de terror que contó con una de las más ingeniosas estrategias de marketing. Lo que desde luego no ayuda a nadie (salvo a los medios que lo publican) es comparar una película inédita con algunos de los grandes clásicos de la historia del cine.
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