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EUSEXUA: LA ÚLTIMA FILA DE CLASE SIEMPRE MOLÓ MÁS

Sin duda, estamos en un momento en el que el pop ya no es lo que era. En el sentido más positivo que esta frase puede atañer. Y es que, parece que el concepto que teníamos de pop como algo de color rosa y sabor a chicle, ha muerto o (por lo menos) ha pasado a un segundo plano. Artistas como Rosalía, Chappel Roan o la propia FKA Twigs de la que vamos a hablar hoy, han dado pie a una nueva configuración donde la experimentación y crear una atmósfera sonora renovada por completo parecen ser las piedras angulares.


Texto: Ángela Bellón (@angela_br99)

 

Y es que la propia FKA twigs introducía su álbum EUSEXUA como “la sensación de trascendencia momentánea evocada por el arte, la música, el sexo y la unidad”. Así, sin más dilación, nos está poniendo sobre la mesa el nuevo paradigma en el que nos encontramos, donde un álbum, es mucho más que un LP: es todo un universo. Ahora, este tipo de proyectos se entienden como un todo, como un movimiento cultural. Y si no, que se lo digan a BRAT.


Partiendo de ese punto de partida que se avecina como el mantra del álbum, pista a pista el disco se despliega como un espacio ambiguo donde se acaba por desdibujar el abismo entre lo físico y lo emocional. EUSEXUA, se siente como un manifiesto hedonista para un generación que ha hecho del escapismo su religión y del club su templo. No obstante, pese a todo esto, EUSEXUA es mucho más que un mero homenaje al escapismo del club; es un retrato de lo que implica abrirse a la posibilidad de conexión, aunque sea fugaz, en un mundo cada vez más individualista y por ende, solitario.



Este trabajo representa una destilación de lo que twigs ha perfeccionado durante años: la dicotomía de lo íntimo y lo universal, lo físico y lo etéreo. Con un sonido que sublima las pulsaciones del club, EUSEXUA es tanto un viaje hacia afuera (hacia la pista de baile) como hacia adentro, en donde se explora el cuerpo como un lugar de celebración y de liberación.


En un mundo donde el pop solía encasillarse en fórmulas predecibles, twigs demuestra una vez más que lo experimental no solo es válido, sino deseado, y por qué no decirlo, necesario. En este sentido, EUSEXUA encarna a la perfección el espíritu de una era en la que las “raras del instituto” han tomado el trono del pop. Artistas como ella, Caroline Polachek, Arca o Charli XCX han redefinido las reglas del juego: ahora, ser diferente no es solo aceptable, es lo que domina. Lo peculiar, lo incómodo, lo vulnerable o incluso, lo inquisitivo son el nuevo estándar de la realeza pop, dejando en segundo plano los himnos planos y las fórmulas gastadas que dominaron la última década.


Es más, podríamos definir EUSEXUA como un caleidoscopio de sonidos que captan la intensidad emocional de una noche en el club. Con cada pista explorando diferentes facetas del escapismo físico y emocional. En el centro del EP está "Drums of Death", un tema que encarna la habilidad única de FKA twigs para fusionar texturas industriales con una vulnerabilidad vocal que se hace casi palpable. La canción comienza con un ritmo quebrado que recuerda al UK garage, pero rápidamente se convierte en un paisaje sonoro más abstracto, donde los sintetizadores distorsionados y los vocal chops se entrelazan con un susurro que parece tanto un canto de sirena (que se nos hace incapaz de ignorar) como un lamento íntimo. De hecho, se puede escuchar cómo el bajo late como un corazón acelerado, mientras las capas vocales se desintegran en ecos, reflejando la confusión y el éxtasis de perderse en el momento. Es un track que se siente como un trance colectivo, y a la vez como un monólogo interno. Quizás, reflejando la sensación de verte perdida en una enorme fiesta, llena de luces, sonidos y voces de fondo.


La producción, a cargo de colaboradores de vanguardia como Eartheater, Shygirl y Koreless utiliza silencios estratégicos y reverberaciones expansivas para amplificar la tensión emocional.



Y es que, musicalmente, tampoco esconde su intención de hacernos escapar. La producción, cargada de sintetizadores distorsionados, ritmos rotos y melodías que fluctúan entre lo sensual y lo inquietante, captura la esencia de una noche en el club, ese espacio intermedio entre laconexión y el aislamiento, entre la catarsis y el deseo. Canciones como "Psyche’s Pulse" y "Velvet Submission" no son solo tracks, son experiencias sensoriales diseñadas para perderse en ellas.


Pero lo que hace que EUSEXUA brille no es solo su sonido, sino su capacidad para conceptualizar el club como un espacio de trascendencia. La británica entiende el club no como un simple lugar para bailar, sino como un microcosmos, un universo efímero, que desaparecerá en cuanto cese la música y se enciendan las luces. Es ahí donde se experimenta el amor, el sexo, el placer y la pérdida en su forma más pura y efímera. Hay algo profundamente espiritual en este enfoque: el club como refugio, como espacio seguro, como altar para lo diferente y como comunidad.


El momento en el que estamos viviendo culturalmente le pertenece a artistas como FKA twigs, que no temen desafiar las expectativas o romper con lo establecido. EUSEXUA no solo nos invita a bailar; nos invita a existir plenamente en nuestro cuerpo y a abrazar lo que nos hace únicos. En una industria que durante años ha priorizado la perfección pulida del pop convencional, el giro hacia lo experimental y lo personal es revolucionario, y twigs, como otras "reinas raras", está liderando la carga.


Con este LP, FKA twigs no solo reclama su lugar en la cima, sino que demuestra que el futuro del pop no está en el molde, sino en romperlo, una y otra vez.

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